Después de la lesión de muñeca empiezo la rehabilitación y la lucha contra el seguro.
Ahora tengo más tiempo para trabajar en
la proyección: “Urko happy foot, una vida verticalmente desplomada”. Con la
ayuda de Carlos y Carmen consigo montar
el audiovisual. Será mi primera proyección, dentro de la semana internacional de montaña de Guadarrama. El sábado día
7 de diciembre se dedica a los deportistas con discapacidad. Yo proyectaré junto a Miguel Ángel Gavilán (montañero y
escalador amputado de mano).
La vida la comparo con un rio y en esta ocasión se ha unido
un afluente al cauce, Simone Salvagnin con quien ya compartí alguna aventura
por Italia. Llega el día 1 al aeropuerto de Alicante para disfrutar de diez
días de vacaciones en España. Le llevo a casa de mi madre y en un momento hace
un buen reconocimiento (es invidente), ahora ya se puede manejar con plena
autonomía. Los primeros días no hace muy buen tiempo, así que nos dedicamos a
entrenar en el rocódromo (By the face). Yo empezaba a poder coger algunas
presas grandes después de la lesión, y él se iba acostumbrando a moverse por un
mega desplome. Probamos a ponerlo en todas las posiciones pero siempre
predominaba el desplome.
El tercer día salió el sol y todo cambio. - esto es
alicante, le dije. Nos acercamos al sector local de Salinas. Vías de placa,
verticales en caliza eso si le gusto se encontraba como pez en el agua. Él me
aseguraba, lo hacía mucho mejor que más de uno sin problemas de visión, siempre
atento. Me dio mucha confianza como
binomio. El día siguiente nos lo tomamos de descanso, preparamos el material y
la furgoneta, se acercaba el viaje a MatriX. Habíamos quedado con Miguel Ángel
para hacer una vía larga en la Pedriza el día antes de la proyección.
Llegamos a Madrid tarde, lo justo para ver a un amigo y
cenar algo. Aunque nos invitan a quedarnos a dormir preferimos dormir en Manzanares para no tener
que madrugar tanto para ir a escalar. Cuando nos acostamos en la furgoneta no hacía
tanto frio, quedamos sorprendidos. A
la hora de levantarnos hasta el agua de la garrafa se había congelado eran las
7:00, la furgoneta parecía una nevera,
pero había que ponerse en marcha. Al hervir agua para té y cocer la avena del muesly la furgoneta
se calentó al instante al igual que devoramos el desayuno.
En el bar nos esperaba Miguel Ángel, Irene y Darío (revista Desnivel) y un miembro de ODT Orden del Tumbado (seria el guía).
En el bar nos esperaba Miguel Ángel, Irene y Darío (revista Desnivel) y un miembro de ODT Orden del Tumbado (seria el guía).
Dejamos los coches en Cantocochino repartimos el material y
emprendimos la aproximación en busca del sol. Miguel Ángel que es guía de Montañeros
sin barreras, iba guiando a Simone, yo charlando con nuestro guía local y los
reporteros haciendo de las suyas, jejejeje. Al fin llegamos al collado, el sol
nos dio la bienvenida a la Pedriza con unas bonitas vistas y unas capas de ropa
menos. Ya nos quedaba poco para llegar al Yelmo.
Esta era una nueva aventura en mi anti escalada, la placa,
para poder progresar por la pared me puse la prótesis. Normalmente no la uso
porque no me da mucha confianza pero de
algún modo había que subir a esa gran mole de piedra que era el Yelmo. Nos dividimos en dos cordadas una con el guía
y los cámaras y la otra nos bautizamos como los TRIVÁLIDOS, un manco, un cojo y
un ciego dispuestos a sentir la pasión por el noble granito. La vía elegida fue
“Ignatius” (V+) del El Yelmo, una
clásica de esta pared. Miguel Ángel el más experimentado en este terreno iba en
cabeza. El primer largo me gustó mucho el granito hacia algunas formas, fisura
y regletas. Los siguientes largos era pura adherencia, confianza absoluta en
los pies. Simone avanzaba con bastante menos dificultad que yo casi no
necesitaba que lo guiara.
Los últimos largos fueron una carrera hacia la cumbre, ya
habíamos conseguido parte del objetivo ahora nos quedada el descenso que nunca
hay que confiarse. Emprendimos el descenso a pie por la vía de al lado que
sacaría algunos pasos de (IV). Simone se rió cuando le comente que no tenía
pinta que bajáramos rapelando. Con ayuda del guía de ODT lo realizo sin ningún
problema.
A la mañana siguiente me acerqué al rocódromo del centro deportivo de
Guadarrama, a escalar un rato con niños. La verdad es que al ser demasiado pronto, no acudieron muchos, lo perfecto para
escaparse un rato a blocar al Escorial. Allí
me reúno con Sole y Manolito, a Simone no le motivaba tanto el bloque ya que no se encuentra tan cómodo
pero para mí era el lugar perfecto para relajarme y desconectar antes de la
proyección. La verdad es que apuramos
bastante el día y me costó desenganchar a Simone de los bloques, al final le
cogió el rollo.
Me di una ducha rápida en el hotel y me dirigí al lugar de la proyección acompañado de mis amigos. Ya empezaba bien, llegaba algo tarde, lo cual me puso más nervioso. En cuestión de segundos estaba en el escenario con Miguel Ángel, me presentó y empezó él con su proyección. Después de escuchar las historias de montaña llegó mi hora “Urko happy foot, una vida verticalmente desplomada” el público me recibió con una gran ovación y eso me tranquilizó un poco. Así fue transcurriendo la velada cada vez me sentía más cómodo y cercano al público. La experiencia me gustó mucho, estoy deseando seguir contando mi historia al público.
Gracias al pueblo de Guadarrama por el trato recibido y a toda mi gente, que me ayudan me motivan a seguir luchando por sueños que se convierten en realidad.
Hola A todos
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